Las cifras actuales reflejan que el acoso escolar es una constante dentro de las aulas. Frente a esto, es tarea de la comunidad educativa tomar las medidas necesarias para decirle no al bullying y fomentar un buen clima escolar.  

Pero, ¿qué acciones se pueden tomar al respecto? Sigue leyendo y conoce algunas soluciones a aplicar en los colegios. 

Es decir, el bullying se caracteriza porque busca dañar a otro (intencionalmente o no) de manera reiterada, física o psicológicamente, y porque el agresor tiene más poder, ya sea a nivel físico, social, o bien representa una figura intimidante para la víctima. 

Si te mueves en el mundo de la educación, podrás saber que el bullying es una constante, la vemos, está ahí y se hace presente entre las aulas. Aunque, no siempre la violencia escolar ocurre entre estudiantes, sino también entre docente-estudiante, o bien entre estudiantes y cualquier otro miembro de la comunidad educativa. 

Ahora bien, con todos estos indicadores, se hace necesario decirle no al bullying, ya que las consecuencias de ello pueden llegar a ser devastadoras si no se toman las medidas necesarias para proteger al alumnado. 

7 Tipos de violencia escolar o bullying   

De acuerdo al Ministerio de Educación, existen distintos tipos de violencia escolar; las cuales, cuando dejan de ser hechos puntuales y se transforman en conductas recurrentes, pasan a ser acoso o bullying. Dependiendo del tipo de violencia, las medidas serán distintas. 

Los 7 tipos de violencia escolar son:  

 

1. 1. Agresividad: Cuando un miembro del establecimiento responde con agresividad al enfrentar distintos tipos de situaciones, las cuales ponen en riesgo la convivencia. 

Si esta conducta es recurrente y se convierte en una forma constante de respuesta, puede llegar a ser un acto de violencia. 

 

2. 2. Agresiones físicas: Cuando las agresiones se manifiestan a través de peleas y/o cualquier tipo de contacto físico. 

 

3. 3. Violencia psicológica o emocional: Se entiende como la agresión a través de descalificaciones, amenazas, burlas o insultos que causan un daño psicológico o emocional en la otra persona. 

 

4. 4. Violencia social: Cuando se busca atentar contra la integridad física, psíquica o relacional de una persona. Ejemplo de ello serían rumores malintencionados, exponer secretos de la vida íntima de una persona, excluir a una persona del grupo, hablar mal de otros, etc. 

 

5. 5. Daño a la infraestructura: Otro tipo de violencia, que ya vendría a afectar a los miembros de la comunidad educativa, es el daño hacia la infraestructura del colegio; como daños al mobiliario, rayones en el edificio, etc. 

 

6. 6. Acoso escolar: Cuando hablamos de acoso, nos referimos a un acto que prevalece en el tiempo, donde hay una relación asimétrica, es decir, una persona tiene más poder que la otra. 

Como mencionamos antes, en esta relación asimétrica, el abusador tiene más fuerza física, es mayor, o bien representa una figura de poder para la víctima. 

Este tipo de violencia, a su vez, puede darse en forma individual o grupal, y suele tener consecuencias graves en la víctima. 

 

7. 7. Ciberacoso: Por último, tenemos el ciberacoso, también conocido como ciberbullying. Como te imaginarás, este utiliza medios tecnológicos para dañar al otro, como Facebook, Instagram u otras redes sociales y espacios virtuales de comunicación.  

Muchas veces este tipo de acoso ocurre de forma anónima, lo que aumenta la ansiedad y sensación de paranoia en la víctima. 

A su vez, el ciberacoso puede incluir los otros tipos de violencia mencionadas, como violencia psicológica, social, agresiones, insultos, entre otras.  

 

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¿Por qué decirle no al bullying? ¿Qué consecuencias tiene? 

La evidencia nos sugiere que el clima escolar puede afectar los niveles de aprendizaje y el rendimiento académico de los estudiantes, alterando la percepción del medio que los rodea y las relaciones interpersonales que poseen (Gomes y Morais, 2019). 

Así, de acuerdo al programa de prevención escolar, Paz Educa, las consecuencias del bullying en la víctima pueden ser graves si no se toman las medidas necesarias a tiempo; algunas de ellas son:  

• • Depresión, ansiedad, introversión y, en los casos más extremos, suicidio. 

• • Agresividad, conductas disruptivas, dificultad para hacer amigos.  

• • Bajo autoestima, rechazo por parte de los pares. A veces, las víctimas pueden convertirse en posibles agresores. 

Ahora bien, no solo las víctimas de violencia sufren consecuencias, sino también los agresores e incluso la comunidad educativa. 

En el caso de los agresores, las consecuencias podrían ser: 

• • Sufrir de ansiedad o depresión. 

• • Aumento del comportamiento agresivo, la poca empatía y el razonamiento egocéntrico. 

• • Tener conductas de riesgo, delinquir, y adoptar una actitud agresiva al ser adultos. 

• • Ser rechazados por sus pares. 

A su vez, la comunidad escolar podría sufrir estas consecuencias: 

• • El deterioro de la convivencia y el clima escolar. 

• • Validar las formas agresivas de relacionarse y normalizar las conductas agresivas. 

• • Sensación de inseguridad al interior del establecimiento, 

Cómo decirle no al bullying: medidas a tomar

Pero, ¿qué medidas pueden tomar los establecimientos educacionales para promover el buen clima escolar en las aulas? ¿Qué acciones se podrían implementar para decirle no al bullying? 

Lo primero es mencionar que para abordar las situaciones de violencia, las medidas deben estar especificadas en el Reglamento Interno del establecimiento educacional. Y, para actuar, hay que prestar atención a quiénes son los y las involucradas y qué tipo de violencia escolar se está presenciando. 

Desde el MINEDUC, se aconseja abordar las situaciones de manera inmediata, y no dejar pasar mucho tiempo pensando que no volverán a ocurrir; ya que este es uno de los primeros errores que se cometen al momento de evaluar este tipo de situaciones. 

Entendiendo esto, algunas de las medidas o acciones que se podrían tomar frente a la violencia escolar o bullying en los colegios, son las siguientes:  

1 | Dar aviso inmediato 

Actuar de forma inmediata al tener conocimiento de una situación de violencia. Para ello, los miembros de la comunidad educativa deberían tener previa información sobre los distintos tipos de violencia, para que así puedan reconocerla.  

Una vez se reconozca, dar a conocer los nombres y cargos de las personas responsables de activar el protocolo o procedimiento; de esta manera, cualquier miembro de la comunidad que se entere de algún tipo de violencia, sabrá a quién recurrir.  

Si es posible, no actuar solo ni impulsivamente, sino que privilegiar el trabajo en equipo y colaborativo. Claro, a excepción de presenciar un caso de violencia física, como una pelea, en esta situación sí se debería actuar de manera inmediata.  

2 | Identificar a las personas involucradas  

Otra medida a tomar es identificar quiénes son las personas involucradas, tanto a los participantes directos, como también aquellos que si bien no realizaron ningún tipo de violencia, sí la han presenciado y pueden dar testimonio de los hechos (aunque sea anónimamente). 

3 | Recopilar información, detalles, etc., sobre la situación 

Reunir la información necesaria para entender a cabalidad todos los detalles sobre la situación, entendiendo las causas y qué hecho específico ocurrió. 

Para ello, te recomendamos dar lugar a la conversación individual, en un ambiente que resulte cómodo y agradable para quienes están involucrados. 

En el caso de que alguno de los participantes esté en un estado emocional vulnerable, que le impida reflexionar o hablar sobre lo ocurrido, hay que darles el tiempo necesario, así como también tomar medidas para hacerles sentir bien, ya sea que tomen agua, que respiren profundo, etc.  La persona involucrada siempre deberá hablar de lo ocurrido en la medida que pueda, y jamás forzar la situación. 

Luego, cuando ya se encuentre en condiciones de relatar lo ocurrido, hay que dejar registro de lo conversado por escrito, y verificar con los participantes que el registro efectivamente relata los hechos. 

4 | Apoyar a la víctima 

Una medida más bien emocional, es dar apoyo y acompañar a la persona agredida, entregando contención emocional si lo requiere. Además, debemos asegurarnos de que la persona sepa que cuenta con respaldo del establecimiento, para así hacerle saber que no está sola en la situación. 

Hacerle entender, además, que se llevará a cabo un procedimiento para investigar y resolver la situación.  

5 | Acompañar a la persona que provocó violencia escolar 

También es relevante acompañar en el proceso a la persona que infundió violencia; en el caso de que fuese un estudiante, no dejarlo a la deriva, sino tratar de entender el porqué de sus actos y comportamiento.  

Desde ahí, la idea es no hacer juicios anticipados, sino esperar a tener todos los antecedentes de la situación, y luego aplicar las medidas establecidas en el Reglamento Interno del colegio.

6 | Informar a apoderados 

Dar aviso de lo ocurrido a los padres, madres y apoderados de los participantes, por separado, mencionando los hechos y entregando contención para que asimilen y digieran la situación. En este contexto, es importante no minimizar lo ocurrido, ni tampoco hacer juicios sobre los participantes.  

¡No olvides algunas medidas preventivas!

Antes de finalizar el artículo, no queremos dejar pasar algunas medidas preventivas para decirle no al bullying, las cuales involucran tanto a docentes, como a miembros de la comunidad educativa y apoderados. 

1 | El rol de los apoderados 

Como medida preventiva, sería apropiado que en reunión de apoderados, el o la profesora jefe de los diferentes cursos del establecimiento, otorgue el espacio de reflexión a los apoderados, para analizar cómo, muchas veces, en los mismos hogares normalizamos ciertos tipos de violencia, señalando que este uno de los puntos de partida para que luego exista violencia en las aulas.  

La idea es no juzgar a los padres ni madres, sino permitirles el espacio de introspección, para que luego analicen la situación en casa y puedan mejorar ciertas conductas. 

2 | El ejemplo de los docentes 

También es relevante que los mismos docentes den el ejemplo a los estudiantes. Por ejemplo, si un profesor pide respeto a sus alumnos, pero en clases grita constantemente o se burla de ciertas personas; será contradictorio para los alumnos, que verán en él una forma de validación de estas conductas agresivas. 

3 | Prestar atención a los y las estudiantes

Toda la comunidad educativa debería prestar atención a sus estudiantes, como por ejemplo: observar su estado emocional, si los ven tristes, cansados, desanimados, estresados, ansiosos. Preguntarles también cómo se sienten (en espacios que a ellos les generen confianza, y no en frente de sus compañeros de curso, por ejemplo). 

Observar también si les cuesta relacionarse con sus pares, si presentan un bajo rendimiento escolar, entre otros. Son conductas que podrían esconder eventualmente algún tipo de violencia escolar.  

De todas maneras, serán los docentes quienes más podrán notar este tipo de situaciones, en comparación a otros cargos del colegio donde el contacto con estudiantes es menor. 

¿Trabajemos juntos? 

En Alianza PDV funcionamos como una extensión del Preuniversitario Pedro de Valdivia; nuestro objetivo es entregar soluciones educativas para los colegios, con el fin de colaborar en que sus estudiantes alcancen mayores niveles de aprendizaje y desarrollen habilidades imprescindibles para la sociedad del futuro.

Si te interesa conocer más de Alianza PDV, nuestros servicios y cómo podemos ayudar a que tu establecimiento mejore el aprendizaje de sus estudiantes, no dudes en escribirnos, con gusto te ayudaremos a resolver cualquier duda o inquietud que tengas. 

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