En el mundo de la educación, dos términos cobran gran relevancia al hablar de medir el progreso y rendimiento del estudiante: la evaluación formativa y sumativa. Estos conceptos no sólo trazan cómo se evalúa el aprendizaje, sino que también influyen en cómo se guía y adapta la enseñanza para maximizar el potencial de cada estudiante.
Explorar y entender la diferencia entre estas dos formas de evaluación es fundamental para comprender cómo se mide y se nutre el proceso evaluativo.
¿Por qué y para qué evaluar?
Antes de desarrollar el punto sobre qué es una evaluación formativa y sumativa, se hace necesario volver al origen del concepto alrededor de la palabra “evaluar”. ¿Por qué y para qué evaluar?
La evaluación constituye una herramienta pedagógica estratégica que nos permite saber si se logran o no los aprendizajes en los estudiantes.
Al evaluar, recibimos un feedback sobre cómo se están desarrollando los aprendizajes y, desde ahí, también es posible aplicar mejoras para contribuir a la calidad de la enseñanza.
Es necesario destacar que la información adquirida durante el proceso evaluativo es tan útil para los estudiantes como lo es para los docentes, quienes tendrán la responsabilidad de analizar sus prácticas pedagógicas, con el fin de comprender las razones detrás de los resultados obtenidos.
Tipos de evaluación educativa: evaluación formativa y sumativa
Debido a que ningún método o tipo de evaluación es capaz de capturar completamente el proceso de aprendizaje, se recomienda que la evaluación sea continua, con un enfoque sistemático, en que se involucren distintas actividades que contribuyan al logro de los objetivos de aprendizaje.
En otras palabras, es una llamada a adoptar un proceso constante de evaluación que pueda reflejar de manera más completa el progreso de aprendizaje.
Ahora bien, dado que existen múltiples formas de aprender, también existen diversas formas de evaluar. A partir de esto, según Fernández (2011), existen 3 tipos de evaluación, las que se clasifican de acuerdo a su finalidad o intencionalidad.
Tipos de evaluación educativa
1 | Evaluación diagnóstica
En palabras simples, su finalidad es entender qué saben los estudiantes y qué habilidades tienen antes de comenzar con un curso o un aprendizaje en particular.
2 | Evaluación formativa
Busca fomentar la participación del estudiante a través de la retroalimentación, permitiendo que este pueda tomar decisiones sobre cómo seguir avanzando. Mientras, para el docente, es una forma de adaptar sus estrategias de enseñanza.
Algunas formas de evaluación formativa son los cuestionarios, juegos educativos, presentaciones, actividades grupales, proyectos, autoevaluación y coevaluación.
3 | Evaluación sumativa
Es una forma de garantizar (por lo general mediante una calificación) cuál fue el desempeño del estudiante. Se enfoca más en demostrar lo aprendido, por lo que este tipo de evaluación se manifiesta en trabajos finales, proyectos o actividades de cierre, exámenes, entre otros.
Además, resulta útil para entregar información a los estudiantes sobre cómo están sus logros en comparación a la clase, o bien en relación al nivel nacional o mundial de otros estudiantes.
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¿Qué es una evaluación formativa y sumativa? ¿Qué diferencias hay entre ambas?
Muchas interrogantes surgen a partir de la evaluación formativa y sumativa, y si bien en el párrafo anterior te dimos algunos atisbos sobre qué significa cada una, veamos en profundidad cuáles son sus diferencias.
Diferencias entre evaluación formativa y sumativa
- Enfoque temporal
- La evaluación formativa es continua y ocurre durante el proceso de aprendizaje.
- La evaluación sumativa se lleva a cabo al final de un periodo determinado, para resumir el nivel de conocimiento adquirido.
- Propósito
- La evaluación formativa busca mejorar el proceso educativo proporcionando retroalimentación sobre aprendizajes específicos, ajustando así la enseñanza.
- Mientras, la sumativa, tiene el propósito de calificar, certificar o tomar decisiones sobre el nivel alcanzado al final de un periodo.
- Medición
- La evaluación formativa se centra en medir el progreso de los estudiantes, identificando las áreas de mejora en “tiempo real”.
- Por otro lado, la sumativa se enfoca en el resultado final. De todas maneras, nos sirve para tener un panorama general sobre cómo ha evolucionado el aprendizaje de los estudiantes.
Para finalizar, te recordamos que si bien la evaluación sumativa entrega información necesaria y de excelente calidad sobre los logros de aprendizaje, no debe considerarse como único método de evaluación o no debería constituir la única instancia para dar cuenta de los problemas en el aprendizaje.
Por esto es que debemos considerar de forma continua y sistemática la evaluación formativa, por ser una herramienta que brinda oportunidades para que los estudiantes reflexionen sobre su propio aprendizaje, identifiquen áreas de mejora y establezcan emtas para el futuro.
En resumen, ambas evaluaciones se complementan entre sí, la evaluación formativa guía y mejora el proceso de enseñanza-aprendizaje, mientras la sumativa proporciona una visión retrospectiva que ayuda a tomar decisiones y evaluar los logros alcanzados.
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